miércoles, 3 de mayo de 2017

MI GATO MANCHAS


Hoy con el dolor de mi humanidad, doy gracias a la vida por compartir grandes momentos a tu lado, estas palabras sirven para comenzar a soltar. Hay grandes enseñanzas que me has dejado. Gracias por compartir 17 años de vida.

Los que van a leer este artículo en todas partes de nuestro planeta, y que han compartido y amado a una mascota, podrán entender las enseñanzas que la vida nos da a través de estos seres maravillosos.

Gracias manchas...buen viaje amigo yo te alcanzo luego.

Alejandro Jodorswsky dice en Twitter ¿Que te enseñaba tu gato? // Él era lo que él era, y no lo que yo quería que él fuera. Me enseñó la fidelidad a mí mismo.


EL GATO: UN MAESTRO ZEN EN CASA
Publicado en revista Dietética y salud - Nº 165

Atentos, reflexivos, intuitivos y pacientes, los gatos pueden ayudarnos a afrontar la vida con menos estrés y preocupaciones. Observando sus gestos y reacciones podemos aprender mucho de estos simpáticos y sabios felinos zen.

Buena parte de las dolencias y achaques que padecemos tienen una causa emocional. Somos lo que pensamos, y si nuestra mente está repleta de preocupación, ansiedad, angustia…, el cuerpo acabará acusando estrés en forma de trastornos y enfermedades.

Consecuencias negativas que podemos evitar si aprendemos a cambiar nuestra forma de actuar y pensar.

Existen infinidad de terapias, más o menos válidas, dispuestas a ayudarnos en esta tarea. Dar con la que mejor se adapte a nuestra forma de ser, puede resultad complicado. Está la opción de ir probando y finalmente quedarse con la que más nos convenza o ayude en nuestro propósito. Eso sí, sea cual sea nuestra elección, el proceso no será sencillo, ya que cambiar de actitud requiere de grandes dosis de esfuerzo, compromiso y paciencia.

Actitud felina

Más allá de las terapias, la clave para conseguir este cambio de perspectiva podemos encontrarla en el reino animal. Y es que se ha demostrado que el contacto con animales domésticos aporta grandes beneficios y ayuda a tomarse la vida desde un punto de vista más positivo y optimista. Las respuestas a nuestras dudas y carencias no siempre llegan a través del prójimo, y la convivencia con alguna mascota puede resultar un excelente aliado.

Simplemente observando la actitud de un gato comprenderemos el poder terapéutico que pueden llegar a tener los animales de compañía. Basta con prestar atención a este pequeño felino para darse cuenta de todo lo que nos puede enseñar. De forma natural, el gato utiliza cualidades como la intuición, la flexibilidad, la serenidad, la independencia o la curiosidad para salir adelante y enfrentarse al mundo que le rodea.

Curiosamente, todas estas actitudes felinas son muy propias del zen , sabiduría oriental que propone encontrar la paz interior a través del silencio y la meditación.

El arte de la atención plena

Como si de un sabio zen se tratara, el gato es un maestro en el arte de la quietud y el silencio, gestos claves para conseguir relajarnos y eliminar el ruido que provocan nuestros pensamientos cargados de preocupaciones y estrés. Independiente, disciplinado, sereno y reflexivo, este animal nos enseña a vivir el presente concentrándonos intensamente en todo lo que hacemos, a experimentar el presente y sus sensaciones, sin mirar hacia el pasado o el futuro.

Estos felinos domésticos parecen practicar el mindfulness o atención plena, una técnica de meditación budista que consiste en enfocar toda la atención y tomar plena conciencia de todo lo que nos sucede (sensaciones, imágenes, sonidos, olores…) sin involucrar el pensamiento. De esta forma oxigenamos la mente, nos sumergimos en un oasis de calma y frenamos la continua sucesión de preocupaciones y temores.

El gato integra la atención plena a su vida. Puede pasar horas centrando su atención en un objeto, apenas moviendo las orejas cuando escucha algo a su alrededor.

No deja que el entorno contamine su concentración. Con su actitud, nos enseña el arte de la meditación, una efectiva herramienta para separar los miedos y ansiedades de la realidad, y transformar la forma en que reaccionamos ante los eventos externos.

Se ha demostrado que el simple hecho de separarse de los propios pensamientos tiene efectos físicos positivos: puede bajar la tensión arterial, mejorar la respuesta inmunológica del organismo y retrasar el envejecimiento celular. Aprender a mantener la mente calmada y estable como hace el gato nos ayudará a ver las cosas serenamente y con más perspectiva, sin las distorsiones bloqueantes del miedo o la ansiedad. 

Hacer menos, sentir más

El gato tiene los cinco sentidos muy desarrollados.

Detecta sonidos imperceptibles para el ser humano, es capaz de reaccionar según el tono en el que se le habla, e incluso puede saborear los olores gracias a que dispone del órgano olfativo adicional vomeronasal.

La excepcionalidad de sus sentidos le permite percibir intensamente el mundo que le rodea. Es una criatura muy intuitiva y enseguida capta el estado de ánimo de su dueño. El gato nos enseña a hacer menos y sentir más, a prestar atención extra a nuestro entorno para captar intenciones, prevenir problemas y ahorrarnos riesgos.

Vivir intensamente

Si hay algo que destaca especialmente en el temperamento del gato es su fuerte carácter independiente. Siempre necesita tener su propio espacio, aunque también disfruta de la compañía y los cuidados de su amo. Se adapta igual de bien a la soledad que al bullicio de una casa con gente entrando y saliendo. Un carácter flexible y adaptable que gestiona sabiamente según cada momento o circunstancia. El gato muestra una personalidad a prueba de cambios, “siendo capaz –tal como decía François René de Chateaubriand- de pasar con indiferencia del salón al tejado”. Este animal sabe que lo único que permanece en la vida es el cambio. Puede estar tumbado cómodamente en el sofá de casa y de repente desaparecer para aventurarse en plena noche por los tejados y terrazas del vecindario. 

Su espíritu aventurero y algo temerario se impone a la comodidad y el apego. Eso le permite descubrir lugares inhóspitos, experimentar nuevas emociones y sensaciones que mantienen su carácter despierto y curioso. Dicen que el miedo es la cárcel del hombre. 

Atreverse a emprender nuevos caminos y adaptarse con flexibilidad y sin temor a los cambios es un ejemplo felino a seguir que nos ayudará a sentirnos más fuertes, seguros y despiertos.


Articulo leído y tomado de la página http://liberatuser.es/el-gato.html y del twitt de Alejandro Jodorowsky

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