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lunes, 26 de junio de 2023

BUSCANDO LA MENTE AQUIETADA


He estado viéndote en vídeo, y he sentido una gran claridad y 
revelación. Ha habido días en los que me he sentido muy centrado y la mente ha estado muy serena. En el pasado he hecho mucha meditación y tengo esta idea de que verdad o iluminación significan una mente aquietada. Ahora la meditación ya no parece funcionar para mí. Cuando me siento a meditar me pregunto quién está haciéndolo, y simplemente no ocurre.

¿Qué es lo que no ocurre?

Sencillamente ya no es satisfactorio. He practicado la Meditación Trascendental y otras técnicas y he visto que la meditación sigue siendo algo de la mente.

Entiendo que la palabra meditación significa "no-mente". El momento de meditación es el momento en que se reconoce que la no- mente está en el núcleo de toda aparición de la mente.

Tengo esos momentos de reconocimiento periódicamente a lo largo del día, pero generalmente, cuando tengo un pensamiento, me pierdo en él.

¿Te pierdes? ¿O quizá ese pensamiento: "Estoy perdido en mis pensamientos", simplemente es otro pensamiento que te estás creyendo? Asumimos que los pensamientos tienen validez, pero comprueba y verás. ¿Estás perdido en tus pensamientos?

No en este momento. Pero cuando vuelvo a mi otra vida la mente sigue parloteando, y siento que debería estar callada.

¿No es ese pensamiento, "siento que la mente debería estar callada", el más ruidoso de todos? Pero, de algún modo, crees que ese pensamiento particular es válido, como si fuera un "super" pensamiento.

¿El de estar callada?
Sí, el pensamiento de que la mente debería estar callada. Los pensamientos: "La mente debería estar callada... pero, ¿por qué no lo está?" Crees en la autoridad de esos pensamientos y creer en ese dominio es una alteración de la quietud. El silencio está presente de manera natural. No es una cuestión de que debería estar aquí.

Cuando piensas: "Estoy perdido en mis pensamientos, y no debería estarlo", simplemente detente un minuto y cuestiona esa suposición. Cuestionar directamente la suposición es preguntarte: "¿Quién está perdido?"

Sí. Cuando todo ese parloteo mental continúa, me pregunto:
"¿Quién está escuchando todo esto?"

¿Y qué descubres?
Nadie.

Y en ese momento, ¿dónde está el parloteo mental?
En ese momento no está en ninguna parte. Pero después ese instante se pasa, y la verborrea-mental vuelve a empezar.

Correcto. Los pensamientos siguen volviendo porque han sido alimentados vida tras vida. No sólo durante tu vida, sino durante las de tus antepasados, las de tus vecinos y durante todas las vidas colectivas de pensamientos que han sido nutridos con más de ellos.

El pensamiento es un poder muy hermoso. No es el enemigo.

Sólo es pensamiento. Es un producto de la imaginación y puede ser exquisito. Es capaz de ser un velo precioso sobre la realidad o uno horrible. Pero cuando se investiga el pensamiento, se descubre que no está separado de la conciencia misma.

Es la conciencia jugando consigo misma. Pero en ese juego, de algún modo ella piensa que está perdida y ese pensamiento genera otros pensamientos sobre cómo encontrarse a sí misma, sobre lo que se necesita y lo que no se hizo bien. Cada capa de pensamiento se tensa más y más, su enredo aumenta.

Da la sensación de que los pensamientos son algo que se fuera juntando y apretando.

De acuerdo, esa es la sensación que dan. Pero, cuando investigas el pensamiento, ¿qué es?

Es lo mismo que el vacío.

Correcto. Esto es evidente. No es esotérico. No es porque hayas hecho cien mil postraciones, o porque hayas estado practicando la meditación o porque no lo hayas hecho. Simplemente, cuando investigas directamente la naturaleza del pensamiento, la atención de la mente se vuelve hacia sí misma, hacia la autoindagación, en lugar de girarse hacia fuera, de construir pensamientos sobre pensamientos.

¿Quién está realmente aquí? ¿Qué está realmente aquí? ¿Qué está pasando verdaderamente? Nada puede sobrevivir a esta investigación excepto la nada absoluta.

¿Se llega alguna vez a un punto en el que el silencio es más aparente que los pensamientos?
¿A quién le importa? En este momento, dime, ¿a quién le importa?

No lo sé.

Cuando realmente diriges tu atención hacia el silencio, ¿continúa la medición? ¿Sigue habiendo más comprobación para ver si ya he llegado allí?

Ahora mismo no. Pero es muy fácil en tu presencia.

Este es el sentido de esta relación, darse cuenta de lo fácil que es la autoindagación; Este regalo viene de Ramana y de Papaji.

Experimenta la falta de esfuerzo que supone, la absoluta facilidad, y aprovecha la oportunidad para dejar de adorar los pensamientos y de creer en ellos. Ni de que los pensamientos estén equivocados. No se trata de quedarse en blanco.

Simplemente es cuestión de ver que los pensamientos son pensamientos, y de que lo que no es pensamiento, lo que no puede ser pensamiento, es quien tú eres.



Extracto del libro:
Libertad y resolución
Gangaji
Imágenes tomadas de Internet

sábado, 5 de noviembre de 2022

SUFRIR CONSCIENTEMENTE


 

CUANDO NADA ES ALGO


Recientemente tuve una conversación con alguien que había 
pasado por un periodo de sufrimiento. Varias veces, durante nuestros encuentros, esa persona dijo: "Pero ya sé que no es nada. Entiendo que no es nada". Esa es la verdad, no es nada, pero estaba claro que esa persona no había tomado verdadera conciencia de ello. Para evitar ese descubrimiento directo estaba usando este mantra: Ya sé que no es nada, que no importa; realmente no es nada, en realidad no está pasando nada. Éste es el peligro, tomar la verdad y filtrarla a través de la mente hasta que se convierta en otro mecanismo de defensa. Esto es algo que cabe esperar, de modo que mantente alerta a este peligro. Decir que el sufrimiento no es nada, o incluso recordar una experiencia en la que se reveló que no era nada, es inútil.

Asume que es algo, asume que es real y después mira: ¿qué es?

La manera habitual de lidiar con la incomodidad, desde la más leve hasta la más extrema, es intentar esconderse o escapar de ella. Ese escape asume muchas formas distintas. Conoces bien esas formas. Generalmente hay un culpar. Culpas a otros por tus faltas, o por las faltas de otro, o por las del mundo. Hay justificación. Te inventas excusas por regodearte en el sufrimiento y en la negatividad. Das peso, preeminencia e importancia a la excusa. Hay una negación del sufrimiento.

Actúas como si no pasara nada, entras en una especie de trance disociado y vas caminando por ahí como una piedra diciendo: "No me pasa nada".

Todas estas estrategias tienen su lugar en el desarrollo de la conciencia individual. A una mente inmadura le pueden ocurrir cosas que sean demasiado grandes para poder manejarlas y por eso se inventa estrategias para sobrellevarlas. No hay nada malo en ello. Son apropiadas en ciertos momentos y lugares. Pero cuando un individuo llega a un nivel de madurez particular, surge el deseo de conocer la verdad. El ansia de ver con claridad muestra la futilidad de todas las estrategias. La madurez descubre que no es posible escaparse encubriendo, negando, expresando desconsoladamente o culpando. Uno reconoce que el sufrimiento evitado mediante las estrategias no hace sino agrandarse, porque intervienen más pensamientos, más historias y más emociones. En ese momento uno puede desilusionarse y sentirse incapaz de huir. Esta decepción es el comienzo del potencial que tiene la mente para abrirse y descubrir que es posible afrontar el sufrimiento plena y directamente.

Si el padecimiento vuelve a aparecer, el reto consiste en afrontarlo sin recordar lo ocurrido en el último encuentro con él. Afrontar el sufrimiento con mente abierta es sufrir conscientemente. Y ello es liberarse de la reacción de escapar.

Cuando te liberas de la tendencia a huir, puedes darte cuenta, finalmente, de qué es realmente el sufrimiento.

En un verdadero encuentro se produce una explosión de amor, claridad y verdad. La esencia de uno mismo se revela de profesor a alumno, de amigo a amigo, de amante a amante, de padre a hijo, de mente a sufrimiento. Si empiezas a imaginarte qué te traerá el próximo encuentro, el verdadero encuentro se pierde, porque ahora es propiedad del pasado y la tendencia a evitar el sufrimiento empieza a enraizarse de nuevo. Al principio puede ser sutil y después, a medida que es fertilizada por la negación, la justificación, la culpa o la conceptualización de que no es nada, el sufrimiento se intensifica.

Este es el filo. Mientras haya un cuerpo funcionando y existiendo en este mundo aparente, habrá mente. No puede haber un cuerpo sin mente. Esa mente puede ser pacífica, abierta, sáttvica, acogedora, investigadora, o puede estar cerrada, disociada, ser una mente culpante y fabricadora de estrategias. En esta vida tenemos la oportunidad de decir la verdad sobre lo que está ocurriendo en la mente.

Debes ser consciente de la tendencia de la mente a tomar cualquier enseñanza y convertirla en otra estrategia, en otra excusa o en otro intento de escapar. No hay nada malo en eso.

No es que esté equivocada o sea mala. Sólo está siguiendo su naturaleza. De hecho, esto es muy útil. Darte cuenta de esto te lleva a sentir humildad. Es el antídoto contra cualquier noción de arrogancia, superioridad o del intento de alcanzar algún lugar donde no puedas ser tocado. Cuando estás dispuesto a sentir y a decir: "He sido tocado por esto, duele, ¿qué es?", entonces verás lo que no puede ser tocado, pero no antes. Si es antes, es un truco de la mente, que es una gran especialista en todo tipo de ardides. Si te gusta el juego duro, entonces es una delicia.

Evidentemente, te gusta recrearte estoicamente.

La vigilancia exigida es estar dispuesto a decir despiadadamente la verdad sobre la identificación. A decirla sobre cualquier historia que pase por la mente. Si hay emociones Fuertes y continuas tienes que reconocer que se está contando una historia, aunque no seas consciente de su contenido. Tal vez sea sub-verbal. Tal vez no llegue a ser consciente, pero sigue habiendo cierta historia de sufrimiento y sobre un sufridor.

Estando dispuesto a decir la verdad tienes la oportunidad de encontrarte con cualquiera de los dos. Ambos encuentros son autoindagación. Los dos revelan la inexistencia del sufrimiento y la inexistencia del sufridor. Pero esto sólo se desvela en un verdadero encuentro, no en un concepto. El concepto es simplemente un apoyo para creer en un sufridor que dice que no cree en el sufridor. Decir que no está pasando nada en realidad favorece que ese algo crezca todavía más.

Las emociones no son un problema. Las emociones forman parte de la textura de la vida. Enfado, miedo, pena y tristeza son como la meteorología cambiante. Pero la continuidad de cierta emoción a lo largo del tiempo indica que la mente está fabricándose cierta historia, con pensamientos sutiles o no tan sutiles, y que después va añadiendo otros sobre los primeros. 

Este es el desafío más complicado. Es un reto espiritual. Antes de esto, son simplemente ir tirando, mantenerse de una pieza, encontrar un escape. Este es otro nivel de reto, y no es para encontrar una huida, no es mantenerse de una pieza, no es para hacer que todo sea tranquilo y seguro. Este desafío es nada menos que la invitación a la verdadera vigilancia.



Extracto del libro:
Libertad y resolución
Gangaji
Imágenes tomadas de internet

domingo, 2 de octubre de 2022

LA VERDAD DE QUIÉN ERES


 

YA ERES TOTAL


Mi lucha tiene que ver con la sensación de que yo no sé vivir, de 
que me limito a existir.

Existir no es el problema. El problema es pensar que sabes vivir, y después esforzarte por hacer que la vida concuerde con ese pensamiento. Recientemente leí una cita preciosa: "¿Sabes cómo hacer reír a Dios? ¡Cuéntale tus planes!". Sí, es un buen chiste. El problema es imaginarse que la vida puede ser conocida, que podemos seguir un manual "de cómo hacer las cosas".

Naces, existes y tienes una vida. Si la vida te cambia completamente porque enfermas y te encuentras en un cuerpo que te resulta extraño e incómodo, entonces comienzas a luchar internamente por volver a ser quien eres.

¿Quién?

Me he perdido.

Sí. Lo que estás describiendo es el "estar perdido". Primero imaginaste que eras un cuerpo que vino al mundo y que está sometido a la enfermedad y al sufrimiento, como todos los demás cuerpos. Esta es la naturaleza del nacimiento y de la muerte. Después te perdiste en tu identificación con ese cuerpo que nació. La verdad de quién eres nunca vino al mundo, ni siquiera está sujeta al nacimiento. Es lo que da lugar a ello. Lo que hay antes del nacimiento. Eso es quien tú eres. En esa realización tú eres hallado y, en ese hallazgo, gritarás: "¡Nunca estuve perdido! Sólo imaginaba que estaba perdido en un cuerpo, luchando por descifrar mi situación".

Tú estás aquí. Como quiera que te imagines ser, estás aquí.

Imagínate como un cuerpo, estás aquí. Imagínate como Dios, estás aquí. Imagina que no tienes ningún valor, o que eres superior, o que no eres nada, sigues estando aquí. Mi sugerencia es que abandones toda imaginación, aquí.

No puede haber confusión a menos que estés tratando de encontrarte en tus pensamientos. No puedes encontrarte allí. A veces tus pensamientos son buenos y a veces son malos. A veces son pensamientos abiertos y a veces cerrados. Tú eres antes que todos los pensamientos. Simplemente dirige tu atención a aquello que es antes de todo pensamiento. No tienes que ir a ninguna parte para ese retorno porque eso que es anterior a todo pensamiento nunca ha nacido y no está sujeto a ir y venir, a aparecer y desaparecer. Es antes que el pensamiento, durante el pensamiento y después del pensamiento. La eternidad es anterior, en medio y después de la confusión.

En algún momento de tu vida surge una madurez en la que dejas de imaginar que puedes hallarte a ti mismo en cualquier comprensión mental o en cualquier pensamiento. Entonces, independientemente de los pensamientos, cualquiera que sea la confusión que surja, no buscarás tu liberación en los pensamientos.

Ese momento es ahora. Ahora no significa en el presente. Ahora es antes del pasado, del presente y del futuro.

¿Estás diciendo que simplemente es?

Sí. Estoy diciendo que tú eres. Antes de este cuerpo, después de este cuerpo y durante este cuerpo, tú eres. Ahora bien, si sólo entiendes esto intelectualmente, no habrá liberación. No estoy hablando de una comprensión mental. Estoy hablando de la realización. La realización no llega cuando se busca en los pensamientos.

Existe la idea de que si piensas el pensamiento correcto, como "yo soy Dios", o "soy libre", o "estoy iluminado", o "estoy realizado", o "yo soy Eso", todo quedará resuelto. Pero estas declaraciones vienen después de la realización. ¿Entiendes esto?

Creo que sí. ¿Estoy confusa porque estoy tratando de curarme a mí misma con mis pensamientos?

Sí, estás tratando de curar lo que ya es total. Y eso es muy confuso.

Los médicos me han dicho que puedo curarme a mí misma, y ahora tengo esperanza y estoy pensando que tal vez pueda.

Pero cuando te refieres a ti misma, sigues hablando de tu cuerpo. En último término, el cuerpo no puede ser curado.

Puedes curar una cosa, pero más adelante alguna otra fallará. En definitiva, todos los cuerpos tienen un fin.

De acuerdo. Lo que trato de decir es que el bloqueo no es el cuerpo, es el dolor.

No, ni siquiera es el dolor. Es cierta relación con el dolor. Es el pensamiento: "No, no quiero el dolor". La razón por la que surge este pensamiento es que identificas tu cuerpo con quien eres. Imaginas que las experiencias que llegan a ti a través del sistema sensorial guardan relación contigo, que pueden desgarrar, atravesar o fragmentar quien eres. A eso se lo llama existencia condicionada, y estás tratando de sanar eso, de volver a juntar las piezas.

Cada vez que intento hacer algo para cambiar la energía tengo que enfrentarme constantemente con el caos, los bloqueos, las pruebas y con hacer más esfuerzos.

¿Qué pasaría si ahora mismo no trataras de cambiar nada? En ese caso, ¿cuál sería el problema?

Bueno, hoy es la primera vez en cuatro años que he sido capaz de sentarme cómodamente en el suelo y meditar. Al hacerlo, me he dado cuenta de que otras veces que había meditado, en el pasado, sentía calor y empezaba a toser, pensaba que estaba saboteando mi meditación. Entonces simplemente me abría y era como si entrase una brisa por la puerta.

Pero aún sigues hablando del cuerpo. El cuerpo está sujeto a la comodidad y a la incomodidad. Está sometido a la fragmentación, puede ser pinchado y atravesado. Está sujeto a la muerte. No es hacia eso hacia lo que yo estoy apuntando. Estoy apuntando hacia quien tú eres, a eso que no puede ser pinchado porque no es una cosa, a eso que no puede ser fragmentado porque nada puede ser separado de ello. Mientras sigas identificándote con este cuerpo, habrá sufrimiento. Habrá placer y también habrá sufrimiento. Por un momento deja de intentar cambiar nada. Deja de intentar conservar, deja de intentar alejar. ¿Ves? Lo has vislumbrado en ese momento, y ha habido paz.

El cuerpo se pudrirá. Eso ya lo sabes. Algunos cuerpos empiezan antes que otros.

Esto lo observas en las plantas y en otros animales. Algunos de ellos se mantienen muy saludables y vitales, otros no. Así es la naturaleza de la forma. Quien tú eres no está sujeto a putrefacción.

No te estoy diciendo que no cuides tu cuerpo. Estoy diciendo que no podrás hacerlo realmente hasta que te des cuenta de que cuidarlo no tiene nada que ver con quien eres. En primer lugar despierta a quien eres, entonces, si cuidas o no el cuerpo es secundario. Hasta que despiertes confundirás atenderlo con encontrar la felicidad.

El cuerpo se interponte en mi camino porque me gusta mantenerme enfocada y equilibrada, y el dolor corporal parece impedir eso, me siento en un caos...
Eso solamente es más confusión. Es únicamente una idea.

Suéltalo todo. No intentes cambiar nada. No trates de conservar nada. No rechaces nada. Entonces ¿qué es lo que importa?

El miedo.
¡Miedo! ¿Dónde? ¿Dónde está?
Ahora dime la verdad. En ese momento en que te has dado la vuelta para encontrar el miedo, en ese mismo momento en que te giraste para mirarlo, ¿qué descubriste? No me mientas o te tiro algo.
(Riéndose) ¡Me estás dando más miedo!

Yo no veo ningún miedo. En el instante en que miraste no había miedo. No había nada. Te encontraste con él investigando, indagando, con inocencia. Para volver a tener miedo tuviste que volver a fabricarlo. Pensaste: "No puede ser así de simple, no puede ser así de fácil". Bueno, pues lo es.

Ahora aquiétate. Mantente abierta. Deja de contarte una historia sobre lo que tiene que ser y lo que no tiene que ser: "Si mi enfermedad estuviera curada, estaría curada". Este tipo de actividad mental es una adicción. Es una enfermedad mental y te distrae de lo que siempre es pleno y saludable. Tú eres eso que siempre es pleno y saludable.

Cuando reconozcas eso, entonces sí, cuida tu cuerpo. Cuida la Tierra. Cuida a tus hermanos y hermanas, a tus padres, a tus amantes, a tus hijos. Pero primero realiza tu ser, de otro modo este "cuidar a" sigue siendo un intento de extraer salud y plenitud de una imagen mental. No sirve de nada. No funciona.

Ciertamente, ahora te has dado cuenta de que no funciona. Es el trabajo del diablo, de Lucifer. El diablo es la tiranía de la mente.

¿Conoces la historia de Lucifer? Lucifer abandona la mano derecha de Dios y desciende a su propio reino donde él puede mandar, donde puede decir lo que es y lo que no es. A eso se lo llama Infierno. Cuando Lucifer retorna a la mano derecha de Dios para postrarse finalmente como Su sirviente, entonces es Fiel a su nombre, Ángel de Luz. Cuando la mente reconoce que sólo es una servidora de Dios, entonces la mente es útil.




Extracto del libro:
Libertad y resolución
Gangaji
Imágenes tomadas de internet

domingo, 11 de septiembre de 2022

BARRERAS CONTRA EL MIEDO


 

EL USO ADECUADO Y HÁBIL DE LAS EMOCIONES


La última vez que te vi, dije que quería quemarme. Desde 
entonces he tenido varias experiencias de quemarme. Hace un par de días desperté en medio de la noche y por primera vez en mi vida sentí verdadero miedo. Al principio me involucré mentalmente con él y pensé: ¿De dónde viene esto? ¿Viene de otra vida? ¿Cómo puedo explicarme esto? Finalmente me permití simplemente estar con el terror, y continuó viniendo una y otra vez. Gradualmente tuve la sensación de caer a través de él.

Simplemente estaba allí, y el miedo me atravesaba.

Y esta mañana, ¿cuál es tu experiencia?
Que el miedo puede ir y venir, y que hay una parte de mí que está separada del miedo.

¿Qué es esa parte?
Es lo que está aquí cuando el miedo está presente y también cuando el miedo no está presente.

Entonces, ¿hay una parte de ti que es independiente del miedo, que existe tanto si hay miedo como si no?
Sí.

Cuando surge el miedo, ¿existe independientemente de esa parte?
No. El miedo es parte de lo que está observando y experimentando.

¿De modo que el miedo es parte de la totalidad y, sin embargo la totalidad es la totalidad, con o sin miedo?
Sí.

Excelente. Hay un término budista que resulta muy útil: "medios hábiles o adecuados". Estos medios hábiles son el uso correcto de la emoción. La utilización adecuada del miedo es afrontarlo conscientemente, sin defensas. Entonces se revela de manera natural lo que es total, lo que queda cuando eso que pasa ya ha pasado. Estas comprensiones son naturales. No son aprendidas, no son teóricas, se descubren directamente.

Hablo mucho del uso habilidoso de las emociones porque estas surgen, en muchos casos, con una gran fuerza y nosotros somos una cultura particularmente emocional. Como no necesitamos dedicar toda nuestra energía al sustento del cuerpo, tenemos una enorme cantidad de ella que busca algún lugar donde fijarse. En nuestra cultura, tiende a afianzarze en las emociones. Queremos librarnos de algunas y conservar otras.

Esta respuesta de deseo/aversión nos conduce a construir barricadas mentales. Estas, a su vez, dan lugar al sufrimiento.

Tenemos la superstición concreta de que no podemos afrontar el miedo y el terror, de modo que dedicamos enormes cantidades de energía a construir una barricada contra ellos. Sin embargo, en medio de la noche o en alguna circunstancia imprevista, vemos lo frágiles que son esas barreras.

Los medios hábiles son la capacidad de reconocer ese pozo de terror y de no apartarnos de ese reconocimiento, de encontrarnos conscientemente con él. Esto es lo que estás contando. Encontrarse consciente, plena y completamente con cualquier cosa que se presente es despertar, porque encontrarse con cualquier cosa plena y completamente revela el Ser, revela lo que es. Encontrarse plenamente con todo revela que cualquier cosa con la que nos encontremos es algo que pasa a través de eso que se encuentra con todo, eso que es permanente.

Me siento feliz de escuchar este caso en el que alguien está dispuesto a encontrarse conscientemente con cualquier cosa de la que la mente haya intentado protegerse. Este encuentro revela quietud: la quietud encontrándose con la quietud. La revelación, la comprensión, la realización que surgen de este encuentro es aquello hacia lo que han apuntado todos los trabajos espirituales a lo largo del tiempo.



Extracto del libro:
Libertad y resolución
Gangaji
Imágenes tomadas de internet

miércoles, 17 de agosto de 2022

EMOCIONES NEGATIVAS


 

LA TEORÍA DEL TIEMPO ATMOSFÉRICO Y LAS EMOCIONES


En lo tocante a las emociones, aún vivimos en tiempos 
fetichistas. Imaginamos que somos sofisticados y realistas, que hemos relegado las supersticiones a otra era, a otro tiempo en el que la gente veía un eclipse solar y pensaba que Dios les había abandonado, y gritaban: "¿Qué hemos hecho? ¿Qué tenemos que hacer para que la oscuridad se aleje del sol?". Entonces, después de realizar rituales, evidentemente esta se retira, y se producía una gran alegría y liberación. Estos ritos tenían que repetirse una y otra vez para impedir que volvieran las tinieblas. Cuando finalmente regresaba la oscuridad, había que diseñar nuevos rituales.

Resulta fácil ver las supersticiones del pasado, pero solemos estar ciegos a las prácticas fetichistas de nuestros días. Una de estas es la relación que mantenemos con nuestras emociones. A menudo nos aferramos a ellas como si fueran señales de Dios.

Indicios de estar ungidos o bien de haber sido expulsados del Jardín. Esta relación supersticiosa es causa de mucho sufrimiento.

Por ejemplo, es posible que surja el miedo, tal vez como parte de nuestro equipo genético que está diseñado para la supervivencia. Como somos psicológicamente sofisticados y hemos leído abundantes libros que nos dicen que si hay miedo no puede haber amor, nos preocupa mucho tenerlo. Entonces dedicamos una gran cantidad de tiempo y energía a librarnos de él. Esta es una conducta supersticiosa. Queremos liberarnos de las denominadas emociones negativas y, por eso, para lidiar con ellas, hemos construido sofisticadas técnicas psicológicas y meditativas, distintas ventanillas de escape. Hemos construido todo esto en torno a la creencia de que estas emociones real, e inherentemente, significan algo, en lugar de contemplarlas sencillamente como el tiempo atmosférico. Viene una tormenta y es muy desagradable: ciertas cosas se ven trastocadas, otras quedan arruinadas, pero la tormenta pasa.

Cuando surge la ira, el miedo o la desesperación tenemos la oportunidad de tomar un momento, de no hacer nada con ellos, de no expresarlos ni negarlos, de simplemente estar aquietados siendo ellos. Entonces se revela un descubrimiento maravilloso. 

El sol mismo nunca está eclipsado. Si estás lejos de él y pasa una oculta que lo nubla, parece que el astro hubiera desaparecido, pero, desde el punto de vista del sol, la luz continúa brillando.

¿Qué pasa si retiramos el significado de las emociones? ¿Dónde queda entonces nuestra identidad tal como la conocemos? Tal vez la subcultura con la que te identificas considera que las emociones son una prueba de profundidad. En comparación con la insensibilidad, la experiencia emocional quizá lo sea más; pero en nuestra arrogancia asumimos que nuestras emociones y pasiones son nuestra verdad más profunda. Cuando expresamos externamente estas pasiones, cuando cedemos a ellas o nos identificamos con ellas, en realidad sólo nos distraemos de la verdadera pasión, de la llamada hacia las profundidades donde no hay un "tú".

No te estoy recomendando que no sientas emociones. Te recomiendo que las experimentes completamente hasta su núcleo mismo. Y cuando hablo de experimentar no estoy hablando de expresarlas hacia fuera. La expresión de la emoción tiene su momento y su lugar, pero aquí estamos hablando de experimentar directa y completamente, y es raro que la gente supersticiosa viva fenómenos intensos directa y completamente.

Tal vez uno de nuestros antepasados simplemente experimentó el eclipse de sol sin hacer nada. ¡Qué alivio! Entonces esta persona pudo gritar al resto de la familia humana: "¡En realidad no significa mucho! ¡Es cierto! Se pasa sin que tengas que hacer nada".

Cuando estés dispuesto a experimentar totalmente cualquier fenómeno emocional, sea de enfado o felicidad, miedo o valentía, descubrirás que en realidad ni siquiera existe. Estando dispuesto a experimentar totalmente quien crees ser, descubrirás que en realidad no existe. Solamente lo asumimos, y esa suposición se basa en nuestras sensaciones y en conclusiones con respecto a ellas. Todo ello nos mantiene en la periferia, en la superficie, en lugar de sumergirnos en la profundidad de la experiencia.

Cuando descubres que estas emociones, estos fenómenos sensoriales, en realidad no existen como tú crees que lo hacen; cuando descubres que este pensamiento o fenómeno llamado "yo" en realidad no existe como tú pensabas que existía, entonces averiguas lo que sí existe, lo que la existencia es. ¡Qué descubrimiento! Reconoces que cualquier apariencia que adquiera un fenómeno no es nada, y que no hace falta negarlo ni luchar contra él.



Extracto del libro:
Libertad y resolución
Gangaji
Imágenes tomadas de internet

martes, 12 de julio de 2022

¿QUÉ ESTÁS PROTEGIENDO?


La gente suele preguntarme cómo rendirse, cómo aquietarse, 
porque rendirse y aquietarse, en realidad, son lo mismo. No hay un "cómo" hacerlo. El "cómo" está en cómo la mente se aferra, en cómo se resiste. Este es un "cómo" muy importante, porque una vez que descubres cómo lo hace y cómo defiende ese aferramiento, la rendición es simplemente dejar de aferrarse. La comprensión de por qué se defiende vendrá de manera natural.

No tienes que ir buscando los porqués. Te serán revelados.

El reto consiste en responder de verdad las preguntas: ¿Qué estoy defendiendo? ¿Qué estoy protegiendo? Entonces puede haber elección. No hay nada malo en proteger y defender. No significa que no seas el Ser. No significa que no vayas a ir al cielo. No significa que no lograrás la realización no dual. No significa nada. Esto es lo bueno de la situación. Pero al dedicar tu actividad, enfoque y atención a cómo proteger, das un falso significado a lo que está siendo protegido.

No estoy hablando del cuerpo. Él no necesita protección.

Mientras el cuerpo esté aquí protégelo lo mejor que puedas.

Vístelo, aliméntalo y abrígalo. Cuando enferme, déjalo descansar y dale medicinas. De lo que estoy hablando es de algo mucho más cercano que el cuerpo. De lo que tiene un muro imaginario de protección y defensa construido a su alrededor.

La tragedia de este muro es que sólo es una defensa contra la realización de tu verdadero ser.

En realidad, indagar qué está protegiendo la mente es lo mismo que hacerlo sobre a quién está protegiendo. Me he dado cuenta de que al preguntar a quién, a menudo se produce un salto a la comprensión no dual, un salto sobre el muro defensivo y diez minutos después, una hora después, un día después, un mes después, se produce la experiencia de sufrimiento. Me gustaría abordar cuál es la función del muro. ¿Qué protege?

No tienes que demolerlo. Ni siquiera tienes que ver que es una ilusión, que lo que está protegiendo también lo es, y que el protector mismo es una ilusión.

Todo eso es verdad, pero, en este momento, di la verdad relativa, con respecto a lo que está siendo protegido, a lo que está siendo defendido. Es la actividad de la mente, la estrategia y la planificación, el conseguir algo o mantener otra cosa alejada. En la raíz de todas estas tácticas mentales hay algún tipo de defensa, algún tipo de protección.

De momento, olvidémonos de que el protector es irreal, aunque lo es absoluta y totalmente. Releguemos que el muro es irreal, aunque lo es total y absolutamente. Veamos lo que creemos que estamos protegiendo, porque, al verlo, la mente tiene la capacidad de soltar, de quedar desprotegida, aquietada. Estar aquietada es ser una; punto.



Extracto del libro:
Libertad y resolución
Gangaji
Imágenes tomadas de internet
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