Mostrando las entradas con la etiqueta George Carlin. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta George Carlin. Mostrar todas las entradas

domingo, 4 de julio de 2021

9. LA LUNA NO PUEDE ROBARSE


Ryokan, un maestro zen, vivía del modo más sencillo en una pequeña 
choza al pie de una montaña. Una noche, un ladrón visitó la cabaña sólo para descubrir que en ella no había nada que robar.

Ryokan volvió y lo sorprendió. «Probablemente has hecho un largo camino para venir a visitarme», dijo al ladrón, «y no con las manos vacías. Te ruego te lleves mi ropa como presente».

El ladrón se quedó perplejo. Cogió la ropa y se escabulló.

Ryokan se sentó, desnudo, observando la luna. «Pobre hombre», musitó, «ojalá hubiera podido darle esta hermosa luna».



Extracto del libro:
Zen flesh. Zen bones
Paul reps y Nyogen senzaki
Fotografía de Internet

lunes, 25 de febrero de 2019

EL ANCA DE UN CABALLO ROMANO



Nos ha parecido muy interesante esta historia, porque demuestra que algunas cosas se hacen de cierta forma porque siempre se hicieron así.

El ancho de las vías del ferrocarril en Estados Unidos es de 4 pies y 8,5 pulgadas. Es una magnitud bastante extraña. ¿Por qué se usa precisamente esa medida? Porque así es como se hace en Gran Bretaña, y las primeras vías férreas en Norteamérica fueron construidas por los ingleses.

¿Por qué los ingleses usaban esa magnitud? Porque los primeros ferrocarriles fueron construidos por las mismas personas que habían construido los antiguos tranvías y esa era su medida.

¿Y por qué usaban tal cifra? Porque se valían de las mismas plantillas y herramientas que se empleaban para construir los carruajes. Esa era la distancia entre las ruedas.

¿Y por qué era exactamente esa la magnitud del espacio entre las ruedas? Porque si hubiesen usado otra medida cualquiera, los carruajes se habrían hecho pedazos en algún viejo camino inglés, ya que esa es la distancia entre los surcos (huellas dejadas por las ruedas de un carro).

¿Quién construyó esos viejos caminos? Las primeras carreteras de larga distancia en Europa, y específicamente en Inglaterra, fueron construidas por el Imperio romano, para el paso de sus legiones.

¿A qué se deben los surcos en dichos caminos? Los carros de guerra de las legiones romanas formaron con el paso del tiempo, los surcos iniciales, que los otros tuvieron que imitar después para no destruir las ruedas de sus carruajes. Todos los carros del Imperio romano tenían el mismo espacio entre las ruedas, equivalente al tamaño de las ancas de dos caballos.

Entonces, el ancho de las vías férreas en Estados Unidos deriva de las especificaciones originales de los carros de guerra romanos.

Pero hay algo más. Las naves espaciales tienen, a los lados de] tanque de combustible principal, dos grandes cohetes. Son los llamados SRB, Solid Rocket Boosters, construidos por Thiokol en su fábrica de Utah. Los ingenieros que los diseñaron habrían preferido hacerlos un poco más anchos, pero no fue posible. Los SRB han de ser enviados por tren desde la fábrica hasta el lugar de lanzamiento de la nave. La línea férrea pasa por un túnel en las montañas, y si los cohetes fueran más anchos simplemente no cabrían. Así, el diseño de los cohetes impulsores de las naves que viajan al espacio fue determinado hace dos mil años por el tamaño de las ancas de los caballos romanos.



Extracto del libro:
La culpa es de la vaca 1a parte
Lopera y Bernal
Fotografía de Internet

viernes, 21 de diciembre de 2012

CARTA DE GEORGE CARLIN


La paradoja de nuestro tiempo es que tenemos edificios más altos y temperamentos más reducidos, carreteras más anchas y puntos de vista mas estrechos.

Gastamos mas pero tenemos menos, compramos mas pero disfrutamos menos.
Tenemos casas mas grandes y familias mas chicas, mayores comodidades y menos tiempo.

Tenemos mas grados académicos pero menos sentido común, mayor conocimiento pero menor capacidad de juicio, mas expertos pero mas problemas, mejor medicina pero menor bienestar.

Bebemos demasiado, fumamos demasiado, despilfarramos demasiado, reímos muy poco, manejamos muy rápido, nos enojamos demasiado, nos desvelamos demasiado, amanecemos cansados, leemos muy poco, vemos demasiado televisión y oramos muy rara vez.

Hemos multiplicado nuestras posesiones pero reducido nuestros valores.
Hablamos demasiado, amamos demasiado poco y odiamos muy frecuentemente.

Hemos aprendido a ganarnos la vida, pero no a vivir.

Añadimos años a nuestras vidas, no vida a nuestros años.

Hemos logrado ir y volver de la luna, pero se nos dificulta cruzar la calle para conocer a un nuevo vecino. Conquistamos el espacio exterior, pero no el interior.

Hemos hecho grandes cosas, pero no por ello mejores.

Hemos limpiado el aire, pero contaminamos nuestra alma.

Conquistamos el atomo, pero no nuestros prejuicios.

Escribimos mas pero aprendemos menos.

Planeamos mas pero logramos menos.

Hemos aprendido a apresurarnos, pero no a esperar.

Producimos computadoras que pueden procesar mayor información y difundirla, pero nos comunicamos cada vez menos y menos.

Estos son tiempos de comidas rápidas y digestión lenta, de hombre de gran talla y corta edad de carácter, de enormes ganancias económicas y relaciones humanas superficiales. 

Hoy en día hay dos ingresos pero mas divorcios, casas mas lujosas pero hogares rotos.

Son tiempos de viajes rapidos, pañales desechables  moral descartable, acostones de una noche, cuerpos obesos, y píldoras que hacen todo, desde alegrar y apaciguar, hasta matar.

Son tiempos en que hay mucho en el escaparate y muy poco en la bodega. Tiempos en que la tecnología puede hacerte llegar esta carta, y en que tu puedes elegir compartir estas reflexiones o simplemente borrarlas.

Acuérdate de pasar algún tiempo con tus seres queridos porque ellos no estarán aquí siempre.

Acuérdate de ser amable con quien ahora te admira, porque esa personita crecerá muy pronto y se alejara de ti.

Acuérdate de abrazar a quien tienes cerca porque ese es el único tesoro que puedes dar con el corazón, sin que te cueste ni un centavo.

Acuérdate de decir te amo a tu pareja—– y a tus seres queridos, pero sobre todo dilo sinceramente.

—Un beso y un abrazo pueden reparar una herida —–cuando se dan con toda el alma.

—Acuérdate de tomarte de la mano con tu ser querido y atesorar ese momento, porque un día esa persona ya no estará contigo.

Date tiempo para amar y para conversar, y comparte tus mas preciadas ideas.

Y siempre recuerda:

La vida no se mide por el número de veces que tomamos aliento, sino por los extraordinarios momentos que nos lo quitan.

-George Carlin.-
Tomado de Vida Lúcida
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...