Sólo puedes cometer errores cuando olvidas que la otra persona está sufriendo. Tiendes a creer que eres el único que sufre y que tu pareja disfruta viéndote sufrir. Cuando crees que eres el único que está sufriendo y que tu pareja no sufre en absoluto, dices y haces cosas crueles. Saber que ella también está sufriendo mucho te ayudará a desempeñar el papel del Bodhisatva (ser embarcado en búsqueda de la suprema iluminación) que escucha profundamente. Podrás ser compasivo y mantendrás viva la compasión durante todo el tiempo que escuches. Serás para tu pareja el mejor terapeuta que existe.
Mientras la otra persona hable, puede que sea muy sentenciosa y sólo te culpe y castigue, o muy amarga y cínica. Sin embargo, como mantienes tu compasión, esto no te afectará. El néctar de la compasión es maravilloso. Si haces la promesa de mantenerla viva, te protegerá. Lo que tu pareja te diga no avivará la ira y la irritación que hay en ti, porque la compasión constituye un auténtico antídoto para la ira.