martes, 7 de abril de 2015

EL CULTO A LA PERSONALIDAD


El culto a la personalidad se caracteriza por una excesiva adoración y adulación a la persona amada. Los que entran en esta variante emocional pasan del amor a la pleitesía y del cariño a la reverencia. Una vez oí a una joven mujer decirle a su novio lo siguiente: «No sabes cuánto agradezco que te hayas fijado en mí. Una persona como tú, que está por encima de los demás... ¡Gracias!». Debe de ser muy complicado enamorarse de un superhombre o una supermujer, sobre todo siendo un simple mortal.

Es verdad que a veces erotizamos a quien admiramos, pero una relación de pareja saludable no es una «secta de dos» donde uno es el ungido y el otro el gurú. A la pareja hay que amarla relajadamente, degustarla, disfrutarla, abrazarla, hacerle cosquillas, tomarle el pelo, reírse, invadir su territorio y compartir secretos, sin tantos códigos y requisitos formales y sin caer a sus pies o rendirle pleitesía. Cuando idolatras a la persona que amas, eres súbdito y no pareja.

EL HERMOSO CAMINO DE LA VIDA


LA VERDADERA FELICIDAD

Nota: María Duhart gracias por seguir presente, feliz cumpleaños.


¿LA SOCIEDAD DICTA QUIÉN TIENE RAZÓN?


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